En 1971, para substituir la generación anterior del Riviera que se venía produciendo desde 1966, vino un modelo nuevo, agazapado y sólido con una distancia entre ejes levemente más larga y un poco más pesado que su predecesor.
El diseño de cupé de lujo era inusual para la época, en particular la parte posterior de la carrocería y el techo, estilizado en la forma de la popa de un barco, motivo por el cual este coche fue apodado "boattail".
El exterior de la tercer generación impresionó a todo el mundo. La compañía había decidido volver a la "cara de tiburón" – en la forma de una inclinación inversa de la parrilla, pero la mayor atención sigue centrada en su mencionada "boattail". Este enfoque de diseño fue muy popular en los años 30, pero en 1971 esta decisión fue muy controvertida.
Debido a esto, la ventas de este muy buen coche cayeron en picada, pese a que esa inusual forma de la trasera estaban inspiradas en el exitoso Corvette Sting Ray de los 60´s.
La motorización, pre crisis del petróleo, era un V8 de 455 pulgadas cúbicas, de gran torque pese a lo cual era considerado un auto lujoso y rápido, antes que un deportivo o musclecar.
Durante su corta vida de 3 años, esta segunda generación sufrió leves cambios. La cola de bote como dijimos, aunque bella, no fue muy popular y por ende las ventas no acompañaron, poco menos de 34000 en 1971 siendo el 72 y 73 aún más bajas.
La Miniatura
Este bello modelo está en mi colección hace más de una década, a poco de aparecer en el mercado.
Siendo una marca "base" una vez más Yat Ming nos deja una agradable sensación al contemplarlo, notando enseguida que aún austeramente se pueden hacer bien las cosas sin acudir al abuso de cromados ni por otra parte omitir detalles aunque sean éstos mínimos en pos del consabido ahorro de costos.
De peso considerable dado el tamaño, tiene un molde perfecto, tonalidad y aplicación de pintura impecables así como todo el tampografiado de las insignias, contornos de vidrios, molduras etc.
El interior es más que correcto teniendo en cuenta su origen, mientras que el motor es lo habitual, es decir lo básico, en ese aspecto no han evolucionado mucho como sí lo han hecho con el exterior.
Como sucede en la mayoría de los Yat Ming se lucen aún más con algunos retoques, en este caso sombreado de parrilla y rejillas traseras de ventilación, culminando con el ahuecado de los caños de escape, los que fiel a la costumbre vienen macizos y quedan francamente feos.
En síntesis, poca cosa hubo que aportar para tener un digno ejemplar del Riviera, una buena forma además de conocer el modelo hasta el último rincón ya que uno compara con fotos del real para hacerlo, lo que implica buscar e informarse, a mi modo de ver es la parte más entretenida de este hobbie.