lunes, 28 de noviembre de 2016

Buick Riviera (1971) - Yat Ming 1/18

En 1971, para substituir la generación anterior del Riviera que se venía produciendo desde 1966, vino un modelo nuevo, agazapado y sólido con una distancia entre ejes levemente más larga y un poco más pesado que su predecesor.
El diseño de cupé de lujo era inusual para la época, en particular la parte posterior de la carrocería y el techo, estilizado en la forma de la popa de un barco, motivo por el cual este coche fue apodado "boattail".
El exterior de la tercer generación impresionó a todo el mundo. La compañía había decidido volver a la "cara de tiburón" – en la forma de una inclinación inversa de la parrilla, pero la mayor atención sigue centrada en su mencionada "boattail". Este enfoque de diseño fue muy popular en los años 30, pero en 1971 esta decisión fue muy controvertida.
Debido a esto, la ventas de este muy buen coche cayeron en picada, pese a que esa inusual forma de la trasera estaban inspiradas en el exitoso Corvette Sting Ray de los 60´s.
La motorización, pre crisis del petróleo, era un V8 de 455 pulgadas cúbicas, de gran torque pese a lo cual era considerado un auto lujoso y rápido, antes que un deportivo o musclecar.
Durante su corta vida de 3 años, esta segunda generación sufrió leves cambios. La cola de bote como dijimos, aunque bella, no fue muy popular y por ende las ventas no acompañaron, poco menos de 34000 en 1971 siendo el 72 y 73 aún más bajas.


La Miniatura

Este bello modelo está en mi colección hace más de una década, a poco de aparecer en el mercado.
Siendo una marca "base" una vez más Yat Ming nos deja una agradable sensación al contemplarlo, notando enseguida que aún austeramente se pueden hacer bien las cosas sin acudir al abuso de cromados ni por otra parte omitir detalles aunque sean éstos mínimos en pos del consabido ahorro de costos.
De peso considerable dado el tamaño, tiene un molde perfecto, tonalidad y aplicación de pintura impecables así como todo el tampografiado de las insignias, contornos de vidrios, molduras etc.
El interior es más que correcto teniendo en cuenta su origen, mientras que el motor es lo habitual, es decir lo básico, en ese aspecto no han evolucionado mucho como sí lo han hecho con el exterior.
Como sucede en la mayoría de los Yat Ming se lucen aún más con algunos retoques, en este caso sombreado de parrilla y rejillas traseras de ventilación, culminando con el ahuecado de los caños de escape, los que fiel a la costumbre vienen macizos y quedan francamente feos.
En síntesis, poca cosa hubo que aportar para tener un digno ejemplar del Riviera, una buena forma además de conocer el modelo hasta el último rincón ya que uno compara con fotos del real para hacerlo, lo que implica buscar e informarse, a mi modo de ver es la parte más entretenida de este hobbie.











viernes, 4 de noviembre de 2016

Chevrolet Corvette Manta Ray (1969) - AUTOart 1/18

Algunos colegas comentaron estos dias los aniversarios de sus respectivos blogs.
A raíz de ello presté atención al mío y, para mi sorpresa, constaté que ya van más de tres años desde aquel mayo de 2013 en el que inauguraba este espacio propio con el Land Rover Series 1 de Minichamps en 1/18

No fue hasta hoy que otro hito me llamó la atención, nada menos que la entrada Nro 100.
Al lado de mis compañeros de ruta estoy lejos aun, pero tan solo pensar el tiempo que le dedico a cada una entre fotos, reseña y renegar con esta plataforma poco amigable, todo esto multiplicado por cien no es nada despreciable. Por eso es que voy a presentar un modelo que esté a la altura de la circunstancia.

Ahora bien, es dificil elegir uno entre los muchos que se me vienen a la mente y que con justicia esperan un lugar en este blog, pero bueno, la decisión recayó sobre el Corvette Manta Ray de AUTOart en 1/18 al que hace rato tenía ganas de fotografiar y redescubrir luego de 12  años en mi colección.


 
El Manta Ray fue la última evolución, el tercero de los Corvette concept que se iniciaron en 1961 con el Mako Shark, diseño de Larry Shinoda bajo la dirección de Bill Mitchel

Cuenta la leyenda que la denominación y singular coloración de este primer concept se originó en la de un tiburón que Mitchell tenía colgado en su despacho y pidió a sus colaboradores que replicaran en el auto la pintura en degradé desde el azul en su cintura al blanco en su parte inferior.



Este prototipo, fue un éxito apenas presentado al punto que sus principales rasgos dieron origen a la generación C2 del Corvette, el famoso Sting Ray. Era también la primera vez que se ofrecía un modelo coupé con techo, ya que las dos primeras generaciónes eran convertibles.

El concept original fue modificado en 1965 para dar origen al Mako Shark II, con identico esquema de pintura pero de líneas redondeadas con cintura estilo botella de Coca Cola, un frontal bajo y puntiagudo y escapes laterales de sección cuadrada y gran tamaño. La tecnología estaba a la vanguardia, con 14 motores eléctricos que movían distintos dispositivos, desde asientos, ventanillas, un alerón trasero, un paragolpe de protección retráctil para cuando el auto estaba estacionado, caja de cambios automática con control remoto, etc. Una vez más, el estilo del Mako Shark II daba origen a la siguiente generación, la más icónica de la historia del Corvette, la C3 de 1968 que con mínimos cambios perduraría por otros 15 años.

 
Finalmente, el Mako Shark II es nuevamente reformado en 1969 para crear el modelo que hoy presento, el Manta Ray. Los cambios se centraron fundamentalmente en la parte trasera, con una caída más recta y fluída, los escapes laterales de forma más convencional, un frontal con spoiler y protegido por un pequeño parachoques, incorporando 3 faros de quarzo halógenos por lado bajo una cubierta de plexiglás. El motor pasa a ser un ZL1 con block de aluminio y 427 pulgadas cúbicas.


La Miniatura

Es dificil describir las sensaciones que este modelo despierta, no solo por el auto en sí que es único en su especie, bellísimo y de vanguardia para la época, sino por el cuidado y esmero con que fue reproducido, a la misma altura de lo que el prototipo representa en la historia del Corvette, un justo homenaje a su genio creador y al legado que dejó para el futuro de este auto que como dijimos dio origen a su generación más icónica, hablar de Corvette es pensar en un C3 y luego en el resto.

Diría sin temor a equivocarme que es una de las obras cumbres de AUTOart en todo sentido, comenzando por la pintura y en especial ese degradé inferior que tanto costó reproducir al equipo de Mitchell y que se plasmó en la réplica de forma perfecta, y siguiendo con cada pieza que la compone, ruedas, carrocería, interior, etc sin la más minima imperfección, lo que habla de un control de calidad de altísimo nivel. Todo es absolutamente impoluto, muy pocos (contados con una mano) modelos de mi colección, aún los de marcas de (supuestamente) mayor calidad han llegado a este grado de perfección, al punto tal que da miedo tomarlo, algo similar a cuando uno toca un vidrio y no puede evitar dejar la huella marcada en esa superficie tan tersa y brillosa.

Por lo comentado, es que me pareció el más adecuado para esta humilde celebración de la entrada N° 100 de mi blog. Y como las palabras no alcanzan, compensamos entonces con unas cuantas fotos, que espero disfruten.