Fue diseñado por el fundador de Lotus, Colin Chapman, siendo desde sus inicios un éxito comercial, con más de 2500 unidades vendidas, dada su atracción como auto de calle normal que podía ser usado en pequeñas competencias.
Montaba un motor Ford de válvulas laterales de 1172cm3 y 40hp, lo que da la idea que era un auto de prestaciones moderadas, pero de bajo presupuesto, destinado a pequeñas competencias de “clubman”, como llaman allí a las series amateur en circuito.
No obstante su baja potencia, también lo era su peso, de solo 329kg.
El Lotus Seven Series 2 (S2) aparece en 1960, y el Series 3 (S3) en 1968.
Colin Chapman había aprovechado una ventaja fiscal que ofrecía hasta ese entonces la legislación británica, por la cual vendiendo el auto en kit no tributaba el impuesto a la compra, lo que reducía su precio en un 45%, cifra nada despreciable. Como nota curiosa, y como condición a esa desgravación impositiva la legislación prohibía expresamente que se incluyeran instrucciones de armado, pero hecha la ley hecha la trampa, Colin incluía instrucciones de “desarmado”, con lo cual no contrariaba a la ley y los entusiastas lo único que tenían que hacer era seguir esas instrucciones de atrás hacia delante para armar el modelo.
La entrada de Inglaterra a la CEE dejó afuera la excepción citada para los kits, y esto hizo que Chapman perdiera interés en seguir produciéndolo, para dedicarse de lleno a los autos de carrera, y para 1973 vendió la licencia a la firma Caterham, que hasta ese momento era uno de sus concesionarios de venta.
El Caterham 7 se basó casi exclusivamente en la serie 3, hasta 2000 en que fue lanzado el chasis SV, o Special Vehicle, con medias más generosas de cockpit, pero ya fuera de este tópico.
Las motorizaciones usadas por Caterham fueron al principio un Lotus Twin Cam, y luego un Ford Cross Flow. El primer Cosworth BDR apareció en 1983, con 1600cm3 y 140hp, seguido de un 1700 con 150hp y ya para 1990 con el 2 litros del Vauxhall HPC
A partir de allí, y hasta nuestros días, infinidad de motores fueron adaptados a estos autos, lo cual haría muy extenso enumerarlos, incluso se llegaron a montar motores de moto Honda CBR1100, dando 170hp a 10.750RPM!!! y muchos otros motores más de origen motociclístico.
Hoy dia se siguen comercializando, en versiones narrow body S3 (el original), en chasis SV mas ancho, y la versión más radical o CSR con un esquema de suspensión totalmente rediseñado, acorde a los parámetros modernos de fabricación.
La miniatura
Hoy les muestro este curioso y veterano modelo, en 1/18, producido por Majorette, poco común en esta escala en ambos sentidos, es decir por el auto en sí y por su fabricante.
Es una de esas joyas olvidadas que vuelvo a contemplar, pues lo tengo en mi colección desde los albores de la misma, y eso le otorga una plusvalía por sobre el resto.
La escala 1/18 no ofrecía la variedad y la calidad a la que nos tiene acostumbrados en la actualidad.
Sin embargo hoy, casi dos décadas después este modelo me atrae de igual manera.
En aquel entonces, quedé gratamente sorprendido por su buena factura y apego a las formas, máxime considerando que lo poco que ofrecía Majorette era de calidad pobre, con malas terminaciones y (copiando a Bburago) “tamaño caja” ,es decir el modelo se limitaba al tamaño fijo del empaque, ergo la escala pocas veces era respetada.
Afortunadamente éste parece ser la oveja negra, está muy bien logrado, a escala correcta, con buenos detalles, y ofrece capota abierta o cerrada, algo que pocas veces se repitió, pues con el correr de los años se hizo costumbre ofrecer las versiones por separado, teniendo que decidirse por una u otra para no comprar dos veces un mismo auto.
Kudos para Majorette en esto!
Una pintura muy buena, llantas y neumáticos excelentes, interior muy digno, en fin, un par de años después salió el Kyosho, que visto a grandes rasgos y por casi el triple en precio no ofrecía mucho más (y solo en versión sin techo) teniendo en cuenta también que Kyosho en ese entonces tampoco era lo que hoy conocemos en términos de calidad percibida.
Es un auto que nunca más fue reeditado por ninguna marca, y hoy dia es muy difícil dar con un ejemplar, razón por la cual le tengo un afecto especial dentro de mi colección.
Tiene potencial para mejorarlo, por ejemplo algo sencillo sería colocarle los plásticos en las aberturas ya que no eran vidrios los que montaba el auto verdadero.
El color, ideal a mi gusto, British Racing Green con una franja amarilla que nace rodeando el morro, decoración clásica que enseguida nos evoca a los primeros Lotus 49 de F1.
El motorcito si bien no es ninguna maravilla, con un par de retoques, pinceladas de sombra y algunos cables al distribuidor levantaría muchos puntos, es una tarea pendiente para algún momento futuro.
En esos años uno no era tan exigente y por eso así quedó.
Cumple más que con creces en función de lo que pidió a cambio.
Pese a su sencillez, no dejaron de lado al cardan aflorando desde el túnel de transmisión, cosa que podrían haber obviado tranquilamente.