lunes, 30 de agosto de 2021

VW 1600 "Última Edición" (2003) - Schuco 1/18

Reseñar al VW Escarabajo, (o Vocho, Beetle, Fusca etc. como se lo llamó en distintas partes de mundo) no es tarea sencilla.
Implica resumir nada menos que 65 años de producción, a lo largo de los cuales se alcanzó la descomunal cifra de 21.529.464 unidades fabricadas, superando en más de 6 millones a la del mítico Ford T.
Lo mismo sucedería si en nuestro hobby pretendiéramos coleccionarlos, enfrentaríamos un gran desafío, no solo por las variantes que sufrió el auto en sí durante su prolongada vida, sino también por la infinidad de fabricantes de réplicas (en sus distintas escalas), y de juguetes que hubo a lo largo de todos esos años (¿quien no ha tenido un VW de juguete en su infancia?). Por dicho motivo una colección de Escarabajos sería casi infinita, pues constantemente siguen apareciendo nuevos modelos.
Ciertamente esa colección sería de las más pintorescas y variadas, aunque esto último suene una contradicción por tratarse de un solo modelo de automóvil.

En mi caso cuya temática es amplia, aunque acotada a dos escalas de preferencia, todo esto se resume a un puñado de modelos representativos de las distintas épocas por las que fue transcurriendo el VW Escarabajo a lo largo de esas seis décadas y media que mencionábamos al principio.

Y he aquí que el hecho que me motivó a comprar este modelo que estoy por mostrar, fue justamente que se trata del “ultimo”. No hay otro auto cuyo fin de producción haya significado un hito semejante a éste, quizá lo sea en un futuro el Toyota Corolla, y no por obsolescencia tecnológica como fue el caso del VW, sino porque sea fagocitado por el fenómeno SUV que va acabando de a poco con todos los sedanes y familiares.

El VW “Ultima Edición” fue una serie de 3000 ejemplares salida de la única planta que en ese momento aún lo producía, la de Puebla en México, en el año 2003. En Brasil se había dejado de producir en 1996. Los únicos colores de esta edición fueron el celeste y el beige.

En nuestro país no fue un vehículo muy popular, se importaron unidades de Alemania en los años 50 y 60 y una partida de Brasil a fines de los 70 y principios de los 80. Es decir no fue un auto tan masivo como por ejemplo un Fiat 600. Curiosamente la Kombi sí se produjo localmente.

De esta última serie llegaron 50 unidades importadas por VW Argentina y fueron vendidas casi exclusivamente a coleccionistas antes de tocar suelo argentino.

La réplica es de Schuco en 1/18, y como es de esperar el detallado y acabado es de primer nivel. Es que a diferencia de otras marcas, Schuco no nos abruma con cientos de novedades cada año sino que su lema podría decirse que es “poco pero excelente”, y así me lo demuestran las piezas que tengo de esta marca, que es una de las que me hace querer a este hobby cada vez más. Hasta ahora es de las pocas que no ha sucumbido a la moda (low cost) de resina/molde sellado, como ya desgraciadamente lo han hecho AUTOart y Minichamps, pero cuyo ahorro no reflejan para nada en los precios, los que al contrario aumentan con regularidad.



Schuco sigue firme en sus raíces de vieja escuela, de generaciones ofreciendo moldes en metal, y con todas las funcionalidades posibles de incorporar.


Las líneas de carrocería son perfectas, los huelgos entre partes móviles sumamente realistas, y la pintura aplicada en forma impecable sin el más mínimo defecto.
Las rejillas de ventilación trasera perforadas en el metal, nada simulado.


Las bisagras exteriores son un clásico en este vehículo.
Esta edición final adopta llantas del color de la carrocería, con tapacubos cromados, al igual que las manijas de puerta, espejos y el borde del estribo, completando con unos neumáticos con banda blanca, en un guiño a los años 50 y 60.


El interior conserva todo lo rústico del auto original, combinado con elementos más modernos como el volante (visto en otros modelos de VW como el Gol o la Saveiro), los asientos con apoya cabezas y una radio con reproductor de CD.
El resto sigue siendo lo espartano de siempre, con un instrumental básico, y carente de todo elemento de confort adicional. 



Una pequeña placa en la tapa de guantera da cuenta de la "Última Edición", y es una de esas singularidades que el dueño cuidará y exhibirá con orgullo
Schuco no dejó ningún detalle de lado, incluyendo el matafuegos en su lugar correspondiente.


Y hablando de pequeños detalles, no solo los pestillos de cierre de puertas están impecablemente resueltos sino que además los cristales tienen grabado el VIN (número de chasis/identificación) en cada uno de ellos. Un extremo al que solo Schuco se puede animar.



El cuarto trasero añade el soporte para el criquet, y ya debajo de la tapa vemos por primera vez en esta escala un motor boxer VW correctamente representado, ya que muchos fabricantes lo resuelven con una simple máscara formada, no es este el caso ya que es un verdadero motor en 3D, con todos los accesorios incluyendo correas, filtros, mangueras etc.
Es cierto que su disposición ahi abajo no hace que se luzca todo el esmero puesto en él, pero es bueno saber que ahí esta y no falta nada.


Llama la atención la salida de escape única, acostumbrados a la clásica doble de estos autos, con ese sonido tan particular.
Hay que decir que su ejecución en metal pulido es una preciosura, y le da un realismo inusitado.


Por el lado delantero, esta última edición incorpora como homenaje nuevamente el escudo de Wolsfburg en la punta, y el logotipo VW en la otra de la bagueta cromada que recorre la tapa (que en este caso corresponde al baúl).
La manija de apertura cromada es de gran finura, lo mismo que los delicados brazos de los limpiaparabrisas, en color negro.


Debajo encontramos un detallado interior de baúl, con los depósitos de líquido de frenos y lavaparabrisas y una rueda de auxilio extraíble y sin taza, como corresponde.


Volviendo a lo que comentaba del motor, aquí se aprecia bien en su conjunto integral desde abajo, y Schuco vuelve a dar cátedra del detalle replicando además todo el chasis, sistema de suspensión y piso, sin dejar de lado las cañerías de freno en delicadísimos conductos.
Incluso asoma la bocina debajo del frontal del lado izquierdo.


La tapa lateral de carga de combustible está tan bien hecha que da la sensación de que se podría llegar a abrir, pero no es más que una precisa marca en el molde, la justa para lograr el efecto deseado.


Unas últimas panorámicas para terminar de apreciar esta belleza, a mi entender estamos no solo ante el VW mejor replicado hasta el momento en esta escala, sino también como dije al principio el hecho de ser el último le da ese aura especial, el fin de una era, de un ícono del automovilismo, que se fue por la puerta grande y como tal merecía un modelo del tenor de Schuco que le hiciera justicia.